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Todo lo que debes saber sobre las fracturas

Las fracturas óseas son lesiones comunes que afectan la integridad estructural de los huesos. Pueden variar en gravedad y requieren cuidados específicos para garantizar una recuperación adecuada. Entender qué son, sus tipos, causas y cómo abordarlas con fisioterapia es fundamental para una rehabilitación efectiva.

¿Qué es una fractura y por qué se produce?

Una fractura implica la ruptura total o parcial de un hueso. Puede ocurrir por diferentes causas, desde traumas repentinos, como caídas o impactos, hasta condiciones médicas que debilitan los huesos, como la osteoporosis. Estas lesiones se identifican según su ubicación, extensión y cómo se produce la ruptura del hueso.

Las fracturas pueden originarse por accidentes domésticos, deportivos o laborales o también por ciertas enfermedades óseas. Los huesos se ven sometidos a fuerzas que superan su resistencia, lo que provoca su quiebre. Las caídas son la principal causa, especialmente en personas de edad avanzada, mientras que, en jóvenes, los accidentes deportivos suelen ser comunes.

En el caso de enfermedades óseas, la más frecuente es la osteoporosis, que debilita los huesos, aumentando la probabilidad de fracturas por traumas menores. Otros factores incluyen la falta de calcio, la edad avanzada, ciertas condiciones médicas y el uso prolongado de ciertos medicamentos.

Tipos de fracturas

Existen varios tipos de fracturas, cada una con características particulares:

  • Fracturas simples o cerradas: el hueso se quiebra, pero la piel permanece intacta.
  • Fracturas compuestas o abiertas: el hueso fracturado perfora la piel, aumentando el riesgo de infección.
  • Fracturas transversales, oblicuas, espirales o conminutas: la dirección y la cantidad de fragmentos óseos varían según el tipo de fractura.

¿Cuál es el tratamiento de las fracturas desde la fisioterapia?

El proceso de curación comienza con la formación de un hematoma alrededor del área afectada. Luego, células especializadas comienzan a reconstruir el hueso, formando un callo óseo que une los fragmentos fracturados. Este proceso puede llevar semanas o meses, dependiendo de la gravedad de la fractura y la salud general del individuo.

El tratamiento de las fracturas suele involucrar diferentes fases, y la fisioterapia desempeña un papel crucial en la recuperación. Una vez estabilizada la fractura, se inicia la rehabilitación para restaurar la movilidad, fuerza y función del área afectada.

  • Fase inicial: se enfoca en reducir la inflamación y el dolor, utilizando técnicas como el vendaje compresivo, la crioterapia y ejercicios suaves para mantener la movilidad en las articulaciones cercanas.
  • Fase intermedia: a medida que el hueso se consolida, se intensifica la fisioterapia con ejercicios específicos para mejorar la fuerza, flexibilidad y la funcionalidad.
  • Fase final: se centra en la recuperación funcional completa, integrando actividades cotidianas y deportivas para garantizar una vuelta segura a las actividades habituales.

Los fisioterapeutas diseñan programas de ejercicio terapéutico individualizados para cada paciente, considerando la gravedad de la fractura, la edad y las metas individuales del paciente, incluyendo ejercicios de fortalecimiento, movilidad, coordinación, etc además de técnicas de modulación del dolor.

¿Cuándo se opera una fractura?

Contrario a la creencia común, la cirugía no es la primera línea de tratamiento para todas las fracturas. De hecho, se considera como la última opción y se reserva únicamente para casos específicos donde es absolutamente necesario.

Las fracturas varían en complejidad y gravedad. Muchas pueden sanar adecuadamente con métodos no quirúrgicos, como la inmovilización con férulas, yesos o dispositivos ortopédicos. Sin embargo, hay situaciones en las que la cirugía se convierte en la mejor opción para garantizar una recuperación óptima.

Las indicaciones para una intervención quirúrgica pueden incluir:

  • Fracturas desplazadas, donde los fragmentos óseos están separados y no pueden alinearse adecuadamente sin intervención externa. 
  • Fracturas abiertas, donde el hueso atraviesa la piel, aumentando el riesgo de infección y complicaciones. 
  • Ciertas fracturas complejas, como las que afectan articulaciones importantes o comprometen estructuras circundantes.

La decisión de operar una fractura se toma tras una evaluación exhaustiva por parte de un equipo médico especializado. Se consideran varios factores, como la edad del paciente, su estado de salud general, la ubicación y tipo de fractura, así como la probabilidad de recuperación sin cirugía.

Prevenir una fractura es complicado, pero sí que debemos tener en cuenta la importancia del ejercicio y la movilización precoz en la recuperación. Si has sufrido una fractura recientemente, no dudes en contactar con nuestro equipo de fisioterapeutas de Fisioserv.

BIBLIOGRAFÍA:

https://www.elsevier.com/es-es/connect/patologia-anatomia-huesos-como-se-curan-las-fracturas

https://medlineplus.gov/spanish/fractures.html#:~:text=Una%20fractura%20es%20una%20ruptura,automovil%C3%ADsticos%2C%20ca%C3%ADdas%20o%20lesiones%20deportivas.

Autora: Paula del Toro (Fisioterapeuta).

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