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¿Por qué a veces la artrosis duele y otras no?

Esta es una de las preguntas y preocupaciones más frecuentes que vemos entre nuestros pacientes de Clínica Rozalén. Tengo artrosis, ¿debería dolerme? ¿Por qué otras personas con artrosis no tienen dolor y yo sí? ¿Qué relación tienen artrosis y dolor? Hoy, en este articulo del blog, trataremos de responder todas estas cuestiones con respecto a la artrosis y el dolor.

¿Qué es la artrosis?

La artrosis es una enfermedad crónica que afecta principalmente a las articulaciones, a menudo de manera asimétrica, lo que significa que un paciente puede tener una gran artrosis de rodilla derecha con una función casi normal de la izquierda, y así con todas las articulaciones del cuerpo.

Aunque puede afectar a cualquier articulación, las más afectadas suelen ser las manos, las rodillas, las caderas y la columna vertebral.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades reumáticas (incluyendo artrosis, artritis reumatoide, artritis psoriásica, etc) constituyen el tercer problema de salud más importante en países desarrollados.

La artrosis es la patología músculo-esquelética más frecuente, su prevalencia global en España  en la población mayor de 40 años es de 29,35%, y en mayores de 65 años la prevalencia es del 80%. Además la prevalencia de artrosis en mujeres es el triple que la de hombres.

Como esta afección no se puede curar, muchas personas tienen que vivir con ella durante una parte importante de su vida adulta. La evidencia científica recomienda utilizar el ejercicio terapéutico como primera línea de tratamiento para reducir el dolor, mejorar la función articular y aumentar la calidad de vida de las personas con artrosis.

Los síntomas más frecuentes en las personas con artrosis sintomática (que genera sintomatología) son:

  • Crepitaciones o crujidos.
  • Rigidez progresiva. 
  • Dolor al movimiento y soporte de carga, sobre todo en las piernas y después de hacer actividad física.
  • Deformidades articulares, más evidentes en la rodilla, codo y muñeca.

Artrosis: Principales factores de riesgo

La causa es desconocida, pero está demostrada la influencia de una serie de factores de riesgo que pueden favorecer la aparición de artrosis son, siendo los más comunes son:

  • Edad: a mayor edad, mayor frecuencia y gravedad de la artrosis. Esto no quiere decir que las personas más jóvenes no puedan tener artrosis si no que tienen menos riesgo de padecerla cuando son jóvenes.
  • Sexo femenino, principalmente mayores de 60 años. 
  • Personas con obesidad.
  • Factores genéticos, sobre todo en los dedos de las manos es donde se da con mayor frecuencia esa influencia hereditaria.
  • Lesiones articulares o enfermedades previas (accidentes, gota, hemofilia, etc).

Teniendo claro todo esto, ¿por qué a veces la artrosis duele y otras no?

Lo primero que debemos dejar claro es que DOLOR Y DAÑO NO SON LO MISMO. El dolor, es una experiencia subjetiva muy compleja, y no siempre que tenemos un daño o lesión en los tejidos del cuerpo tenemos que tener dolor, y viceversa.

Dicho en otras palabras, el dolor es un mecanismo de defensa de nuestro cerebro y sistema nervioso que nos alerta de un posible peligro. Por lo tanto, el dolor es una señal de alarma para evitar que nos dañemos y asegurar nuestra supervivencia. Aunque hay veces, como en el dolor crónico o persistente, que el dolor puede persistir más allá de la curación  de los tejidos cuando se ha dado una lesión, o  provocar un dolor desproporcionado al daño que se está produciendo en el organismo. En esos casos, el dolor ya no tiene una función de alarma ni de protección, puesto que no hay daño, pero nuestro sistema nervioso nos sigue protegiendo.

Por esto mismo, podemos tener una fuerte artrosis y no tener absolutamente nada de dolor.

Existe la creencia popular de que la artrosis es dolorosa siempre pero la evidencia muestra lo contrario; LA ARTROSIS NO TIENE POR QUÉ DOLER. El desgaste el cartílago es un proceso normal con el paso del tiempo y no es proporcional con el dolor.

De hecho, si nos fijamos en las cifras tan altas que hay de artrosis en la población mayor de 65 años (del 80%), queda claro que gran parte de la población tiene artrosis y sin embargo no presenta síntomas.

¿Qué puedo hacer si en mi caso la artrosis duele y/o me limita?

Sin duda alguna, acude a un fisioterapeuta. Las recomendaciones recientes para el tratamiento de la artrosis en las articulaciones sugieren la necesidad de realizar ejercicio y actividad física en combinación con  la educación terapéutica del paciente, como primera línea de tratamiento para reducir el dolor y mejorar la función en este tipo de patología.

Acude a un fisioterapeuta a que te realicen una valoración y que te prescriban un programa de ejercicio terapéutico individualizado. Respecto al tipo de ejercicio, puede realizarse tanto ejercicio de movilidad y de  fuerza de alta-moderada intensidad como ejercicio aeróbico tanto acuático como en seco, por ejemplo bici, caminar, elíptica, zumba, etc.

Algunos estudios sobre la efectividad del ejercicio, han obtenido efectos similares a los que producen los fármacos para el dolor en pacientes con artrosis, siendo menores sus efectos secundarios. 

EL EJERCICIO BIEN DOSIFICADO Y CONTROLADO NO DAÑA NI DEGENERA LAS ARTICULACIONES. De hecho, todo lo contrario, si se realiza ejercicio con una carga adaptada a cada persona y a cada tipo de dolor se obtienen beneficios en la salud de la articulación, ya que protege el cartílago articular.

El ejercicio se recomienda siempre como tratamiento en la artrosis ya que puede ser eficaz para reducir el dolor, mejorar la función física y reducir significativamente el riesgo de discapacidad en la artrosis. Tanto el ejercicio de fuerza como el aeróbico produce un aumento de la densidad ósea, mejora el soporte mecánico del cartílago y promueve la proliferación de condrocitos y osteoblastos (células relacionadas con la producción de hueso y cartílago).

Además, unos buenos hábitos de vida como el sueño, la dieta y la actividad física diaria también son importantes ya que pueden interferir en el dolor y favorecer el estado del cartílago articular, reduciendo así la artrosis y, por supuesto, el dolor.

https://publicaciones.lasallecampus.es/index.php/NeuroRehabNews/article/view/545 https://www.physiotutors.com/es/exercise-for-knee-osteoarthritis/

https://www.dolor.com/es-es/para-sus-pacientes/tipos-de-dolor/datos-de-la-artrosis-en-espana

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16534622/

Autora: Paula del Toro (Fisioterapeuta).

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