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¿Sabes cuidar de las personas dependientes? Las mejores estrategias.

Las limitaciones físicas o cognitivas que se producen a consecuencia de enfermedades, edad u otros factores pueden dificultar nuestro día a día hasta el punto de que necesitemos la ayuda de alguien incluso para las tareas más básicas. ¿Cómo se realiza el cuidado de personas dependientes desde la fisioterapia?

Las personas dependientes son aquellas que, de forma permanente y a causa de la edad, una discapacidad o enfermedad, no pueden realizar las tareas básicas diarias o carecen de la autonomía necesaria para la toma de decisiones.

Muchas de estas personas sufren de inmovilismo o falta de movilidad, lo que les lleva a una pérdida muy rápida de masa muscular, junto con un aumento de la rigidez articular, problemas de circulación y dolor asociado a la falta de actividad.

Estas complicaciones pueden ser paliadas desde la fisioterapia mediante movilizaciones activas y pasivas, estiramientos manuales y cambios posturales que previenen la aparición de úlceras por presión y escaras que dañan la integridad física de la piel.

Por otro lado, debido a la condición de inmovilismo o movilidad reducida es común que se produzca acumulación de secreciones que puede derivar en infecciones respiratorias, las cuales se tratarían con fisioterapia respiratoria. Dentro de esta se realizan algunas técnicas como la respiración guiada diafragmática, expansión torácica y ventilación y drenaje pulmonar.

En cuanto a la protección de la piel y la promoción de la movilidad en estas personas con el objetivo de evitar complicaciones físicas, se sigue un protocolo específico que consta de:

  1. Reforzamiento de la función de barrera protectora natural de la piel mediante protectores de escaras (mayormente taloneras).
  2. Uso de almohadas para la comodidad de la persona. Se pueden ir cambiando de posición cada poco tiempo para cambiar el apoyo.
  3. Hidratación de la piel concremas en las áreas de presión, cuidando la higiene y secando muy bien la piel.
  4. Cambios posturales cada 2-3 horas para evitar la presión continuada sobre puntos de apoyo y contactos óseos, además de promover la circulación y evitar una posible trombosis venosa profunda.
  5. Ayudas dinámicas como el colchón y los cojines antiescaras que ayudan a distribuir los puntos de presión del cuerpo sobre la superficie de la cama o cualquier asiento.

Por otro lado, ¿cómo podemos favorecer la autonomía de una persona dependiente?

A pesar de que una persona haya sido declarada como dependiente y experimente dificultades en la realización de sus actividades diarias, cuando cuidamos a una persona que requiere asistencia, es esencial enfocarnos en fomentar su independencia. Este enfoque no solo ayuda a preservar cierto grado de autonomía, sino que también previene el deterioro de su capacidad para llevar a cabo tareas por sí mismo. Aquí te mostramos algunas estrategias que podemos implementar para promover la autonomía de una persona dependiente:

  • Reconocer sus habilidades: Para mejorar su autoestima y fomentar su capacidad para llevar a cabo tareas, es importante recordar y destacar todas las cosas que pueden hacer por sí mismos. Esto implica minimizar la importancia de las actividades para las cuales necesitan ayuda.
  • Limitar nuestra ayuda: Es esencial brindar la asistencia necesaria para que la persona dependiente pueda llevar una vida normal, pero no debemos excedernos en nuestra ayuda. La recomendación principal es observar a la persona dependiente y evaluar qué tareas puede realizar de manera autónoma para preservar su independencia y que no precise de asistencia constante.
  • Acondicionar el entorno: Modificar el entorno de la persona de manera adecuada es fundamental para fomentar su independencia y su capacidad para realizar tareas por sí mismo. Esto implica eliminar obstáculos en su hogar, como objetos que puedan dificultar su movilidad, y la instalación de elementos como asideros en el baño o alfombras antideslizantes en la ducha, que pueden contribuir a su seguridad y autonomía.

¿Y cómo evitar o retrasar la pérdida de autonomía?

Para retrasar la pérdida de autonomía se le debe pautar al anciano o persona dependiente una serie de ejercicios individualizados en función de su capacidad de colaboración, es decir, si es capaz de activar su musculatura y producir un movimiento desplazado. Distinguiremos entre movilizaciones activas, guiadas, pasivas o activo-asistidas. También es recomendable realizar masoterapia circulatoria para mantener un riego sanguíneo dinámico y óptimo.

Además, hay que procurar ayudar a esa persona a realizar una tarea sólo si es realmente necesario. Pero hay que permitirles que traten de hacer todo por sí mismos para que sigan realizando sus actividades de la vida diaria hasta que les sea casi imposible.

Es fundamental realizar seguimiento continuo de la evolución del caso para detectar una posible desmejora y actuar en consecuencia modificando la intensidad y/o la frecuencia de las sesiones de ejercicio.

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Autora: Paula del Toro (Fisioterapeuta)

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