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Consejos del fisio para evitar que el dolor de espalda arruine tu verano

Con la llegada del verano y el buen tiempo nos pasamos largos periodos de tiempo tumbados bajo el sol en la playa o en la piscina y, en muchas ocasiones, lejos de poder descansar, nos levantamos después de varias horas con dolor o molestias en la espalda.

¿Por qué ocurre esto? Cuando pasas demasiado tiempo sentado o tumbado, es decir, en la misma postura, estás ejerciendo presión continua sobre ciertas zonas duras de tu cuerpo, en las que se pueden generar dolores por compresión. Además, se produce isquemia en los tejidos, que se refiere a la reducción o interrupción del flujo sanguíneo hacia una determinada área del cuerpo lo que resulta en una disminución del suministro de oxígeno y nutrientes a los distintos tejidos. Esto también puede generar dolor en el corto y largo plazo.

En este artículo resolvemos algunas dudas y te damos varios consejos para que no sufras de dolor de espalda en la playa ni al volver de tus vacaciones.

1. En la arena, ¿tumbarse o sentarse? ¿Qué es mejor para la espalda?

La respuesta es que ‘depende’. Cada cuerpo es un mundo y, por lo general, cada persona suele saber qué es lo que le conviene más, por lo que va a depender de cada persona y lo activa que sea en su día a día.

Esto quiere decir que, por ejemplo, una persona que realiza poca actividad física va a tolerar mejor la postura de sentado que la de tumbado ya que tendrá más predisposición hay problemas de espalda. En estos casos lo más conveniente y cómodo para este tipo de personas sería pasar más tiempo sentados y buscar una silla reclinable.

En cambio, en personas activas físicamente cualquiera de las dos posturas será cómoda por lo que puede hacer lo que quiera. Estar tumbado boca arriba, boca abajo… lo más importante en cualquier caso es cambiar de posición cada poco tiempo.

2. ¿Qué hago si me duele la espalda al llevar un rato sentado o tumbado, o bien al levantarme?

Esto puede ocurrir por mantener un buen rato la misma postura, es decir pasar varias horas sin levantarse de la silla o de la toalla o tumbona.

Sin duda la mejor forma de prevenirlo es tratar de levantarse cada poco tiempo y cambiar de postura mientras estés sentado o tumbado, pasando de la posición de boca arriba habla de boca abajo o de lado a la mínima que tengamos algo de molestias en la espalda.

Una silla o hamaca reclinable potencia el cambio de posición por lo que son muy recomendables. También es fundamental pasar pocas horas tumbado al sol; dando pequeños paseos por la playa, acercándote a la orilla, bañándote en el mar, o haciendo algunos estiramientos y movimientos suaves y regulares para mantenerte activo.

Existe el mito de ‘cómo sentarse bien’ o de que hay posturas buenas para el cuerpo. Realmente, no existen posturas malas, sino posturas sostenidas en el tiempo. Puedes adoptar lo que consideraríamos una ‘muy mala postura’ que no vas a tener ningún problema, pero si la mantienes durante un buen rato probablemente sí que aparezca dolor, pero ocurre lo mismo con una postura erguida de la espalda. Por ello no te preocupes tanto por el tipo de postura sino por cambiarla cada poco tiempo.

3. ¿En qué debo fijarme a la hora de comprar una silla de playa?

Existe una gran cantidad de modelos y tipos de silla en el mercado y, aunque lo parezca, no todas son iguales. Es importante tener en cuenta el tipo material, que sea resistente a la humedad, al calor y que se seque rápidamente. También es importante su resistencia, es decir, el peso que pueden soportar, su comodidad y los extras que la acompañan, como reposacabezas o un respaldo acolchado. También hay algunas que son reclinables, lo que las hace mucho más cómodas y permite cambiar de postura con mayor facilidad.

También se debe tener en cuenta la altura de la silla, ya que hay algunas muy bajitas que rozan casi la arena, que quizás no serían la mejor opción para personas mayores o que tengan dificultades para sentarse y levantarse con facilidad. Si no tienes este problema cualquiera de las dos opciones es buena para ti ya que no es mejor una u otra.

La clave es elegir el tipo de silla en función de nuestra comodidad y preferencias individuales ya que por sí mismas no hay sillas mejores o peores, simplemente dependerá de nuestra condición física y de lo que nos resulte más cómodo.

4. ¿Qué es mejor para la espalda, una silla, hamaca o tumbona?

Aquí vuelven a entran en juego las condiciones físicas de cada persona. Para aquellas que tienen un alto grado de movilidad y que realizan ejercicio físico con regularidad cualquiera es una buena opción. 

Sin embargo, para las personas que tienen dificultades en la movilidad o que padecen de alguna lesión o patología grave de columna, lo más recomendable según los fisioterapeutas es una silla regulable. Esto es principalmente porque las personas con movilidad limitada o con problemas en la espalda suelen sentirse más cómodas sentadas que tumbadas, pero no se puede generalizar.

Lo más importante, en todo caso, es buscar la opción más cómoda para ti y que no te produzca molestias para así disfrutar de la playa y del verano.

5. ¿Debo comprar algún reposacabezas, soporte lumbar o algún otro extra?

El mercado exhibe una amplia variedad de modelos que incluyen reposacabezas, pequeñas sombrillas incorporadas a las sillas que protegen del sol en la cara, cojines para las lumbares y hasta posavasos o mini neveras. Cualquier opción es buena para generar mayor comodidad y bienestar, incluyendo soportes para la cabeza, para los brazos, piernas, columna lumbar, etc, y que sean preferiblemente acolchados para mayor comodidad y para evitar posibles rozaduras sobre esas zonas en las que el choque mantenido de la silla contra una superficie ósea pudiera generar algún tipo de estrés.

Además, para aquellas personas con dolor lumbar puede ser muy recomendable que las sillas de playa lleven algún tipo de cojín o soporte lumbar para que la zona descanse, además de contar con un respaldo cómodo y acolchado. Esto también puede ser especialmente útil en las embarazadas, para que estén más cómodas.

Sigue estos simples consejos para prevenir dolores de espalda este verano y, si sufres de un dolor de espalda persistente, que este no te arruine tus vacaciones y te impida disfrutarlas.

Por supuesto, ten también en cuenta el evitar cargar objetos demasiado pesados para ti durante largas distancias, hidratarte adecuadamente si vas a pasar muchas horas al sol y, usar suficiente protector solar y resguardarte en la sombra cada poco tiempo.

Autora: Paula del Toro (Fisioterapeuta)

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