Nuestras piernas se encuentran en movimiento constante y soportan diariamente una carga significativa, por lo que la pantorrilla es una de las áreas más propensas a lesiones en actividades físicas debido a su papel en el soporte del cuerpo y el movimiento de la parte inferior de las piernas. Comprender las lesiones comunes en esta zona y sus tratamientos puede ser clave para atletas, personas activas y aquellos con trabajos que requieren esfuerzos físicos.
En este artículo, examinaremos las lesiones más habituales en la pantorrilla, los síntomas que generan y los tratamientos disponibles, destacando especialmente el papel de la fisioterapia en el proceso de recuperación.
Lesiones más comunes en la región de la pantorrilla
La pantorrilla está formada por los músculos gastrocnemios (o gemelos) y el sóleo. Este último se encuentra debajo de los gemelos. Ambos músculos forman el famoso tendón de Aquiles a nivel del talón. Las lesiones más frecuentes en esta zona del cuerpo son las siguientes:
Desgarros o distensiones musculares
Se trata de una rotura o sobreestiramiento de las fibras musculares debido a un esfuerzo excesivo o un movimiento brusco, que puede causar dolor agudo e hinchazón. Los desgarros en los músculos de la pantorrilla, especialmente en el músculo gastrocnemio, son comunes entre corredores y personas que realizan movimientos bruscos, como en deportes de contacto o de alta intensidad. Este tipo de lesión ocurre cuando el músculo se estira más allá de su límite o sufre una contracción abrupta.
Para diferenciar entre un desgarro y un tirón/distensión de gemelo, la clave es la intensidad del dolor y la hinchazón. El primero suele dar un dolor muy intenso e hinchazón inmediata, mientras que un tirón de gemelo suele dar un dolor menos intenso en comparación con un desgarro, y aunque puede haber hinchazón, esta es generalmente menor.
Síntomas:
- Dolor súbito y agudo en la pantorrilla.
- Hinchazón o inflamación.
- Sensación de debilidad o inestabilidad.
Tratamiento: El tratamiento inicial incluye reposo relativo, aplicación de hielo si inflamación es elevada, compresión y elevación de la pierna afectada. Pasada la fase más aguda se requiere una rehabilitación basada en ejercicio terapéutico para restaurar la fuerza y flexibilidad, y en situaciones de desgarros severos, una cirugía para reparar el músculo desgarrado.
Calambres musculares
Consisten en contracciones involuntarias y dolorosas de los músculos de la pantorrilla, generalmente causada por fatiga muscular y/o deshidratación. Suelen presentarse durante el ejercicio, aunque también pueden darse en reposo.
Síntomas:
- Contracción repentina y dolorosa del músculo.
- Dureza o rigidez en la pantorrilla.
- Duración breve pero dolorosa.
Tratamiento: Para aliviar los calambres, es útil parar la actividad que se esté haciendo, estirar suavemente el músculo afectado, masajear ligeramente la zona y mantenerse hidratado.
Tendinopatía Aquilea
Disfunción con posible inflamación del tendón de Aquiles, que conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso calcáneo, en el talón. Comúnmente se da como resultado de sobreuso o actividad intensa, especialmente en corredores o en aquello que realizan deportes de impacto, como el baloncesto.
Síntomas:
- Dolor o molestia a lo largo del tendón, especialmente al caminar o correr.
- Sensación de rigidez, especialmente por las mañanas con dificultad para mover el talón.
- Posible hinchazón alrededor del tendón.
Tratamiento: Lo principal, como en cualquier tendinopatía, es la modificación de la actividad (limitando o adaptando aquellas que agraven el dolor) y la gestión de la carga, aumentándola de forma gradual, con ejercicio terapéutico, buscando siempre la carga óptima sobre el tendón afectado. También puede hacerse terapia manual para reducir el dolor a corto plazo.
Periostitis tibial
La periostitis tibial, comúnmente conocida como “síndrome de la espinilla”, es una inflamación en el periostio (capa exterior del hueso) y es común en atletas. Aunque afecta principalmente la tibia, el dolor puede extenderse hacia la zona de la pantorrilla.
Síntomas:
- Dolor en la zona interna de la tibia y hacia la pantorrilla.
- Sensación de dolor al tacto.
- Empeoramiento de los síntomas al hacer ejercicio.
Tratamiento: Para tratar la periostitis tibial, es importante disminuir la carga de ejercicio, adaptando correctamente la carga. A veces puede ayudar aplicar hielo para reducir la inflamación. Además, los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para la pantorrilla y el pie, junto al uso de calzado adecuado y superficies blandas para correr también puede ayudar en el tratamiento y prevención de recaídas. También puede hacerse terapia manual para reducir el dolor a corto plazo.
Trombosis venosa profunda
Aunque menos común, la trombosis venosa profunda es una condición seria que ocurre cuando se forma un coágulo de sangre en las venas profundas de la pantorrilla. Este problema no suele estar relacionado con actividades deportivas, pero puede aparecer después de períodos prolongados de inmovilización, como en vuelos largos o tras una cirugía.
Síntomas:
- Dolor o sensibilidad en la pantorrilla.
- Hinchazón en una sola pierna.
- Enrojecimiento o cambio de color en la piel.
Tratamiento: La trombosis venosa profunda es una emergencia médica, ya que el coágulo podría desplazarse hacia los pulmones. El tratamiento incluye medicamentos anticoagulantes, y en algunos casos, puede ser necesaria una cirugía. La prevención es fundamental, especialmente para personas en riesgo, e implica mantenerse activo, usar medias de compresión y evitar la inmovilización prolongada.
Dolor neuropático por problemas de la columna lumbar
El dolor en la pantorrilla puede estar relacionado con problemas en la zona lumbar debido a la conexión entre los nervios de la columna vertebral y las extremidades inferiores. Dos condiciones comunes que pueden causar dolor irradiado hacia la pantorrilla son la ciática y la estenosis espinal.
La ciática se produce cuando el nervio ciático se comprime o se irrita a nivel de la columna, a su salida por la médula espinal. Cuando hay una inflamación de este nervio en su raíz (debido, por ejemplo, a una hernia de disco) el dolor puede irradiarse desde la espalda baja hasta la parte posterior de la pierna, alcanzando la pantorrilla.
Por otro lado, la estenosis espinal ocurre cuando hay un estrechamiento del canal espinal en la zona lumbar (generalmente por envejecimiento), lo que comprime los nervios que pasan por ahí, incluyendo el nervio ciático y otros que llegan hasta la pantorrilla.
Síntomas:
- Dolor punzante, eléctrico o ardiente que baja desde la parte baja de la espalda hasta la pantorrilla.
- Sensación de debilidad, hormigueo o entumecimiento en la pantorrilla o el pie.
- En la ciática empeoramiento del dolor al estar sentado, al levantarse o al inclinarse hacia adelante. En cambio, en la estenosis hay un alivio temporal del dolor al sentarse o al inclinarse hacia adelante, lo que «abre» el canal espinal. Este síntoma de la estenosis espinal es el conocido como ‘’claudicación neurógena’’, que incluye dolor, debilidad o entumecimiento en las piernas caminar o estar de pie.
Tratamiento: Suele incluir principalmente reposo relativo y modificación de actividades, ejercicio terapéutico adaptado y progresivo, medicamentos específicos para dolor neuropático y, en algunos casos, terapia manual y electroterapia.
Síndrome de compresión del nervio tibial
El síndrome de compresión del nervio tibial, o síndrome del túnel tarsiano, es una neuropatía que ocurre cuando el nervio tibial se comprime o se irrita al pasar por el túnel tarsiano, un canal estrecho cerca del tobillo.
Síntomas:
- Dolor neuropático (quemazón, dolor eléctrico, hormigueo, sensación de ardor)
- Entumecimiento en el pie y la pantorrilla, especialmente después de estar de pie o al caminar.
Tratamiento: El tratamiento es muy similar al del dolor neuropático en la pantorrilla por ciática o estenosis espinal, ya que esta condición también es debida a un problema relacionado con un nervio.
En conclusión, es fundamental conocer los síntomas de cada tipo de lesión en la pantorrilla, al menos para saber si es algo grave y que requiera atención médica urgente, que son casos mínimos o si, por el contrario, es una lesión leve. En ese caso, conviene acudir a tu fisioterapeuta de confianza para tratarlo lo antes posible. Conocer esto, además de implementar prácticas preventivas, es esencial para quienes buscan mantenerse activos y evitar problemas de movilidad a largo plazo.
En caso de presentar dolor o síntomas persistentes, es importante buscar la ayuda de un profesional de la salud, ya que un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia en la recuperación.
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Autora: Paula del Toro (Fisioterapeuta)