La ecografía es una técnica de diagnóstico por imagen que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para generar imágenes del interior del cuerpo. A diferencia de otros métodos de diagnóstico por imágenes como las radiografías o las resonancias magnéticas, la ecografía no utiliza radiación. En su lugar, se basa en la reflexión de las ondas sonoras que se envían al cuerpo a través de un transductor, el cual capta las ondas reflejadas para crear imágenes en tiempo real.
Este procedimiento es indoloro, no invasivo y muy útil para observar estructuras blandas como los músculos, tendones, ligamentos y otras estructuras del cuerpo humano. En fisioterapia, la ecografía permite al profesional observar las estructuras afectadas por diversas patologías y lesiones, facilitando el diagnóstico y la toma de decisiones terapéuticas.

¿En qué ámbitos de la fisioterapia se utiliza la ecografía?
La ecografía se emplea en diversas áreas de la fisioterapia para evaluar, diagnosticar y realizar un seguimiento de diferentes patologías y lesiones. Algunos de los ámbitos más comunes en los que se utiliza esta herramienta son:
En la fisioterapia deportiva, la ecografía es una de las herramientas más utilizadas debido a su capacidad para identificar lesiones comunes entre los deportistas. A menudo, los deportistas sufren esguinces, distensiones y roturas musculares, tendinopatías y otros tipos de lesiones musculoesqueléticas que pueden no ser evidentes en una exploración física inicial.
La ecografía permite observar en detalle la estructura de los músculos, tendones, ligamentos y otras estructuras, pudiendo hacer un diagnóstico diferencial y permitiendo una evaluación más precisa de la extensión de la lesión.
Además, esta herramienta es muy útil para evaluar la cicatrización de lesiones a lo largo del tiempo, lo que ayuda a decidir el momento adecuado para la vuelta a la actividad deportiva.
- Fisioterapia musculoesquelética
La fisioterapia musculoesquelética se centra en el tratamiento de las lesiones relacionadas con los huesos, músculos y articulaciones. La ecografía se utiliza ampliamente en esta área para, al igual que en la deportiva, observar estructuras profundas y blandas que son difíciles de evaluar con el simple examen físico. Aunque no se use tanto en la población general como en deportistas, puede realizarse perfectamente ante sospecha de cualquier rotura muscular, ganglión, edema, etc, por ejemplo.
El suelo pélvico es una zona del cuerpo que soporta órganos internos como la vejiga, el útero y el intestino. En fisioterapia del suelo pélvico, la ecografía se emplea para evaluar el tono y la funcionalidad de los músculos que lo conforman, así como para identificar disfunciones que puedan causar problemas como la incontinencia urinaria, prolapsos o disfunciones sexuales.
Con la ecografía, los fisioterapeutas pueden observar el movimiento y la contracción de los músculos del suelo pélvico y el abdomen, especialmente el transverso abdominal, lo que les permite evaluar su estado de salud y ajustar el tratamiento de manera personalizada. Además, en algunos casos, la ecografía se utiliza para visualizar cómo los músculos del suelo pélvico interactúan durante actividades cotidianas o ejercicios específicos.
En algunas patologías neurológicas, como las lesiones medulares o los accidentes cerebrovasculares, la ecografía también se emplea como complemento al tratamiento fisioterapéutico. En estos casos, la ecografía puede ayudar a evaluar la respuesta muscular y observar la función de las fibras musculares de forma dinámica También se utiliza para estudiar el estado de los tendones y músculos en personas con parálisis o limitación del movimiento.

¿Qué tipo de patologías o condiciones se ven mejor en ecografía?
La ecografía es especialmente útil para detectar y seguir diversas patologías relacionadas con los músculos, tendones y ligamentos. Algunas de las condiciones que se visualizan con mayor claridad a través de este método incluyen:
- Lesiones musculares: desgarros, contusiones o distensiones musculares. La ecografía permite ver el tamaño, la localización y la severidad de la lesión muscular, ayudando a determinar la fase de curación.
- Tendinopatías: inflamación o degeneración de los tendones. La ecografía puede mostrar engrosamientos, desgarros o alteraciones en la estructura del tendón, lo cual es clave para diagnosticar estas condiciones.
- Bursitis: inflamación de las bursas, que son bolsas llenas de líquido que protegen las articulaciones. Con la ecografía se puede observar la cantidad de líquido acumulado en las bursas y su impacto en las estructuras circundantes.
- Problemas articulares: como la artrosis o el daño en el cartílago. La ecografía permite observar cambios en la estructura de las articulaciones, ayudando a visualizar las áreas de fricción o desgaste.
- Síndromes de atrapamiento nervioso: la ecografía también puede ser útil en la identificación de compresión de nervios periféricos, como en el caso del síndrome del túnel carpiano o la ciática.

¿En qué casos se recomienda especialmente hacerse una ecografía?
Si bien la ecografía es una herramienta valiosa en fisioterapia, es importante tener en cuenta que no debe ser utilizada en todos los casos. En muchos casos, un diagnóstico preciso puede obtenerse a través de una exhaustiva historia clínica y un examen físico detallado.
Es importante tener en cuenta que no se debe sobreutilizar la ecografía. En muchos casos, el diagnóstico y la evaluación pueden realizarse sin la necesidad de imágenes adicionales. El uso excesivo de la ecografía puede llevar a diagnósticos innecesarios o malinterpretaciones de la condición.
La ecografía es especialmente útil cuando:
- El diagnóstico no está claro: Si después de una exploración física el fisioterapeuta no está seguro de la naturaleza exacta de la lesión o incluso si se sospecha de algo grave, la ecografía puede proporcionar una visión clara y detallada y puede ayudar a descartar patología grave.
- Hay necesidad de seguimiento: En lesiones que requieren seguimiento, como los desgarros musculares o tendinopatías crónicas, la ecografía puede ser útil para observar cómo evoluciona la curación a lo largo del tiempo.
- Se necesita planificar un tratamiento más específico: Si se identifica una lesión compleja o si la rehabilitación no avanza como se esperaba, la ecografía puede ayudar a ajustar el enfoque terapéutico y seleccionar las técnicas más adecuadas.

En conclusión, la ecografía en fisioterapia es una herramienta de diagnóstico y tratamiento sumamente valiosa. Gracias a su capacidad para visualizar las estructuras del cuerpo humano de manera precisa y detallada, los fisioterapeutas pueden mejorar el diagnóstico, ajustar los tratamientos y hacer un seguimiento efectivo de diversas patologías y lesiones. No obstante, como con cualquier herramienta, su uso debe ser apropiado y no sustituir una exploración clínica adecuada. La clave está en encontrar el equilibrio entre la historia clínica, la evaluación física y las técnicas de diagnóstico por imagen, para asegurar una atención integral y personalizada al paciente.
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Autora: Paula del Toro (Fisioterapeuta)