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Pinzamiento femoroacetabular (FAI): causas y soluciones

El pinzamiento femoroacetabular (FAI, por sus siglas en inglés) también llamado choque, síndrome o impingement femoroacetabular es una patología de la articulación de la cadera que es bastante habitual en personas jóvenes y activas, e incluso se relaciona con el desarrollo temprano de artrosis si no se trata adecuadamente.

En este artículo explicaremos qué es el FAI, los diferentes tipos existentes, sus síntomas y diagnóstico y por último, el manejo de esta lesión desde un enfoque multidisciplinar.

¿Qué es el pinzamiento femoroacetabular?

El pinzamiento femoroacetabular se produce cuando existe un contacto anómalo entre la cabeza del fémur y el acetábulo (una cavidad del hueso pélvico) durante los movimientos de la cadera. Este choque repetitivo puede dañar las estructuras intraarticulares, como el labrum acetabular (una especie de anillo de fibrocartílago que estabiliza la articulación) y el cartílago articular, generando dolor, inflamación y, con el tiempo, lesiones degenerativas.

El FAI puede aparecer en deportistas jóvenes, especialmente en aquellos que realizan movimientos de flexión, rotación interna y aducción de cadera frecuentes (como futbolistas, bailarines o jugadores de hockey), pero también en personas no deportistas debido a factores anatómicos o posturales.

El FAI no siempre es sintomático, pero en muchas ocasiones provoca dolor, limitación de la movilidad y pérdida de funcionalidad. Si no se aborda, puede progresar hacia una degeneración precoz de la cadera.

Tipos de FAI

Se distinguen tres tipos principales de pinzamiento femoroacetabular:

  1. Tipo CAM

Se produce por una deformidad en la cabeza o el cuello femoral, donde la superficie no es perfectamente redonda. Esto hace que, al flexionar la cadera, el fémur “choque” contra el borde del acetábulo. Es más frecuente en hombres jóvenes y deportistas.

  1. Tipo Pincer

En este caso, el problema se localiza en el acetábulo, que tiene un exceso de cobertura sobre la cabeza femoral. Esta sobrecobertura provoca que el labrum se comprima repetidamente entre ambos huesos. Es más común en mujeres.

  1. Mixto

Es el más habitual, ya que combina características de los dos anteriores.

Síntomas y diagnóstico del FAI

El síntoma más característico es el dolor en la parte anterior de la cadera o en la ingle, que puede extenderse hacia el muslo, la nalga o incluso la rodilla. Los pacientes suelen describirlo como un dolor profundo, punzante o mecánico, que aparece con el movimiento y tiende a mejorar con el reposo.

Otros síntomas frecuentes incluyen:

  • Rigidez o pérdida de movilidad (especialmente en flexión y rotación interna).
  • Dolor al permanecer sentado mucho tiempo.
  • Molestia durante actividades deportivas que implican giros, saltos o flexiones repetidas.
  • Sensación de bloqueo, chasquido o enganche en la articulación.

En fases más avanzadas, puede acompañarse de daño del labrum y del cartílago, lo que aumenta el riesgo de desarrollar una artrosis precoz de cadera.

En cuanto al diagnóstico del FAI, este es tanto clínico como radiológico. El especialista combinará la historia clínica, la exploración física y pruebas de imagen como la radiografía, la resonancia magnética (RMN) o la artroresonancia para valorar el labrum y el cartílago.

En fisioterapia, existen diversos tests utilizados para sospechar de un FAI:

  • Test FADIR (flexión, aducción y rotación interna): uno de los más utilizados. Provoca el choque entre el cuello femoral y el acetábulo si hay FAI.
  • Test FABER (flexión, abducción y rotación externa): puede evidenciar limitación o dolor anterior.
  • Test de rotación interna en flexión de cadera: evalúa la movilidad y la irritación de las estructuras intraarticulares.
  • Pruebas de resistencia de glúteos y control lumbopélvico para descartar otras causas de dolor.
  • Test de impingement posterior: se realiza con extensión, abducción y rotación externa de la cadera.

Es importante señalar que estos tests no son 100% específicos, pero combinados con la clínica y las imágenes médicas aportan información valiosa.

Manejo del pinzamiento femoroacetabular

El tratamiento del pinzamiento femoroacetabular puede ser conservador o quirúrgico, dependiendo del grado de daño estructural y la limitación funcional del paciente.

a) Tratamiento conservador

La fisioterapia es la primera línea de manejo en la mayoría de casos. Los objetivos son reducir el dolor y mejorar la movilidad y la funcionalidad de la cadera y las articulaciones vecinas.

Principales estrategias fisioterapéuticas:

  1. Educación del paciente:
    Explicar la mecánica del problema, los movimientos que provocan el pinzamiento (flexión y rotación interna forzada) y cómo modificarlos o adaptarlos en su vida diaria y deporte.
  2. Ejercicio terapéutico:
    • Fortalecimiento progresivo de la musculatura glútea (glúteo medio y mayor), que ayuda a centrar la cabeza femoral y mejorar la estabilidad de cadera.
    • Trabajo de core y control lumbopélvico para reducir la posible sobrecarga en la articulación.
    • Trabajo de movilidad controlada para mejorar los rangos articulares sin dolor, evitando la irritación.
    • Entrenamiento funcional progresivo adaptado al deporte o actividad del paciente.
  3. Terapia manual:
    • Técnicas de movilización articular y decoaptación de cadera para reducir la compresión.
    • Masoterapia o tratamiento de tejidos blandos en músculos adyacentes (psoas, piramidal, aductores) para modular el dolor.
  4. Control del dolor:
    • Aplicación de calor, crioterapia o punción seca según el caso.
    • En algunos casos se pueden usar infiltraciones con ácido hialurónico o corticoides bajo indicación médica.
    • Estiramientos o ejercicios de movilidad que alivien.

El abordaje fisioterapéutico debe ser individualizado y progresivo, con reevaluaciones periódicas para adaptar los ejercicios según evolución.

b) Tratamiento quirúrgico

Si el dolor persiste tras varios meses de tratamiento conservador o hay daño estructural importante, puede ser necesario recurrir a la artroscopia de cadera.

Tras la cirugía, la fisioterapia es esencial para la recuperación funcional, comenzando con control del dolor y movilidad pasiva, y avanzando hacia el fortalecimiento, reeducación motora y retorno a la actividad deportiva.

En conclusión, el pinzamiento femoroacetabular es una causa frecuente de dolor de cadera en adultos jóvenes, con una fuerte relación entre factores anatómicos y sobreuso. Un diagnóstico preciso, junto con un plan fisioterapéutico adaptado, puede evitar lesiones mayores y mejorar la calidad de vida del paciente. La fisioterapia desempeña un papel fundamental tanto en la recuperación como en la prevención de recaídas, favoreciendo una función articular óptima a largo plazo.

BIBLIOGRAFÍA:

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  • Vilaró, J., & Cano, A. (2022). Manejo fisioterapéutico del pinzamiento femoroacetabular: actualización basada en la evidencia. Revista Española de Fisioterapia y Rehabilitación, 46(3), 155–164.

Autora: Paula del Toro (Fisioterapeuta)

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